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Exploración de las profundidades marinas

A partir de 1977, con la aplicación más normalizada de batiscafos, los científicos pudieron comprobar la existencia de estas criaturas a profundidades de más de 2.500 metros de profundidad. Para superar la gran presión, la mayoría de los peces abisales tienen sus huesos bajos en calcio y poco desarrollados debido a la oscuridad, su cuerpo está lleno de agua y por lo tanto pueden aguantar el peso de la columna de agua simplemente manteniendo igualadas las presiones externa e interna (los líquidos son casi incompresibles). Estos peces, la gran mayoría, también poseen una característica muy peculiar: son casi ciegos, prácticamente no pueden ver y puede que la oscuridad sea una causa del escaso desarrollo de sus ojos. Utilizan otros sentidos más adecuados para percibir el entorno en falta de luz, como la sensibilidad a campos eléctromagnéticos de otros animales.

En algunos lugares, las aguas de estos fondos abisales están calentadas por chimeneas hidrotérmicas que se abren en el fondo marino. A pesar de estos calentadores naturales, en muchos lugares estas temperaturas no superan los 2 grados centígrados. Por lo general, a estas profundidades la temperatura oscila entre 0 Â°C y -3 Â°C dependiendo de la profundidad y zona.

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